Crossing Dimensions (Volumen I)Capítulo I: Justicia Carmesí
En cierto universo, existe un planeta enano que puede ser percibido como un satélite natural promedio como los que acompañan a muchos planetas.Aquí reside una especie de seres humanos los cuales poseen tecnologías muy avanzadas ya que muestran ciudades desarrolladas y construidas tanto en la superficie de este satélite natural como por debajo.
Este sitio es irradiado por luz solar de una estrella gigante roja, por esta razón, toda la luna es protegida con un escudo de energía de tipo domo que evita que tal radiación impacte de lleno las ciudades.Esta civilización humana se desarrolla a base de las conquistas y son conocidos y temidos por muchas especies en muchos puntos de los universos. Su reputación ha sido hecha a través de una forma de expansión llamada “colonización heroica”.
Una colonización heroica es una forma de pago o tributo que rinde alguna especie a estos humanos cuando son contratados por especies para combatir una amenaza local o externa al mundo que les contrató y cuando estos humanos logran destruir el objetivo, los territorios del lugar del que fueron contratados, son cedidos y ocupados donde estrechan alianzas y convenios con la civilización que les contrata.
De esta forma adquieren conocimientos avanzados de la cultura que les contrató y aumentan su mapa de ubicación en muchos puntos del universo.“Justicieros Rojos” o “Caballeros Carmesí”; así son llamados generalmente quienes componen las filas de este ejército humano colonizador. Llevan armaduras carmesí tecnológicas, algunos llevan tipos de armas de fuego y otros llevan tipos de armas blancas del mismo color.
Ahora mismo, dentro de las complejas ciudades subterráneas de esta luna en específico se está llevando a cabo una importante reunión en la cual se ha convocado a un número considerable de soldados carmesí dentro de lo que parece ser una especie de coliseo con paredes tecnológicos.
—¡Bienvenidos Héroes!,¡Hoy hemos hecho una convocación de emergencia!,¡Tenemos información crucial de un mundo que conocemos bien!, ¡Inteligencia de ese mundo en concreto nos han dicho que solicitan refuerzos ya que, aparentemente han hallado el Cronos Regidor en ese mundo! —el hombre expresa una felicidad radiante mientras expone a todos esta información a través de una enorme pantalla holográfica a sus espaldas.
Este hombre no lleva armadura carmesí pero sí un tipo de túnicas rojas, similar a las que puede portar algún sacerdote.Todos los presentes en este sitio que parece un coliseo se han exaltado al escuchar esa información.
—¡El mundo que he mencionado es Glacis Alba! Le conocemos bien por su hostilidad gélida, sin embargo, antes de que todos vayan de inmediato a tal lugar, deben saber que se dice que ese objeto ha caído en manos de algún ser…—menciona el orador un tanto preocupado, y las multitudes de la gradería también lo están.
Todos se muestra indignados y aterrorizados al escuchar eso.
—¡Por eso es que estamos dispuestos a enviar todos los refuerzos posibles para poder combatir a tal ser! ¡Vayan y recuperen esa reliquia que hemos estado buscando desde hace mucho! —habla con gran intensidad mientras muchísimos soldados sacan unos dispositivos tecnológicos de su propio equipo, tratándose de transportadores tecnológicos que posibilitan viajes entre extremos del universo usando rutas dimensionales.
De entre la multitud que se apresura para ir al mundo dicho mediante sus transportadores dimensionales, se observa a una persona que se dirige hacia el orador de una forma más calma y no tan nervioso como los demás. Se trata de un soldado carmesí que lleva su casco aún. Esa persona se quita el casco ante el expositor de antes. Se observa que se trata de un adulto de tez blanca, cabellos rubios y ojos de color naranja, naturales.
Ese hombre le reconoce al instante al verle.
—¡Nhêon Ordinem! ¡Usted más que nadie debe ir a buscar esa reliquia!—expresa el hombre esperanzado en esta persona.
—Le aseguro que traeremos esa reliquia. Lo único extraño es el porqué habría de estar ese objeto en un lugar como Glacis Alba…—El joven soldado parece incrédulo ante la información.
—Pueda que esa reliquia haya sido llevada por el ser que se supone que lo tiene…¡Pero procuremos no teorizar, obtengamos ese objeto a como dé lugar!—exclama de forma neurótica.
Nhêon se pone su casco y toma su transportador dimensional.
—Espero no sea una trampa...—menciona preocupado antes de partir.
Ese transportador dimensional usa un método de viaje que es capaz de conectar puntos específicos de los territorios controlados por el ejército carmesí, y ese lugar Glacis Alba es justamente uno de esos puntos.
A través de una ruta dimensional, ese adulto ha llegado a su destino. Una vez que pasa al otro lado del portal, se encuentra en un planeta con un clima en extremo frío con ventiscas gélidas. De inmediato el traje tecnológico de él ajusta la temperatura interna para contrarrestar el embate térmico.
El joven soldado camina y tiene cierta dificultad puesto que la nieve le llega a las rodillas.En minutos, llega a una metrópoli de ese mundo en donde hay seres humanoides de piel azul y gris, las ciudades están construidas dentro de gigantes bloques de hielo que son capaces de proteger de la hostilidad del clima a sus habitantes, haciendo función de enormes pareces gélidas que repelen en parte los fuertes vientos.
Nhêon se une a un grupo de soldados carmesí los cuales se están comunicando con otro grupo ubicado en otra parte de Glacis Alba.
—¡Necesitamos información sobre la reliquia y el ser que lo posee!—exclama un soldado de ese grupo.
—Según lugareños, han visto anomalías al noroeste de esta ciudad, Kryo. Vayan ustedes e infórmenos, nosotros llegaremos cuando nos indiquen si encuentran algo, ya esto han sido solo rumores.—menciona un soldado al otro lado.
Quince soldados carmesí van al punto dicho, entre ellos se cuenta al joven llamado Nhêon.
La luz del sol de ese sistema solar en el que el planeta Glacis Alba está no puede llegar debido a la densidad nubosa por causa de las constantes tormentas gélidas que azotan el mundo.
Esos quince soldados deciden moverse de ubicación hacia esa otra ciudad que se les fue dicha a través de esos mismos transportadores. Cuando traspasan al otro lado hay en ese sitio una anomalía climática. La luz del sol sí está irradiando en este lugar lugar y hay cielo despejado que deja ver incluso un atardecer.
Las nubes de tormenta se observan en la lejanía formar un círculo perfecto como si estuviesen siendo repelidas o retenidas por algo, posibilitando a su vez que ese fenómeno suceda. Y quien sabe por cuánto tiempo eso ha estado ocurriendo debido a que en los suelos es posible observar que flora local está comenzando a crecer.
Después de que el grupo de soldados investiga mejor la zona, observan un paisaje de montaña que tiene una zona circular por cráter, hundida, como si un meteorito hubiera caído al lugar. Toda la formación geológica del sitio sugiere al menos, de momento, que posiblemente haya habido una explosión en radio producto de algo así.
Al acercarse, pueden ver que dentro de ese cráter se observa una luz amarilla que proviene justamente en el centro de esa zona. Al lado de esa luz se puede observar también a una figura que está al lado de ese objeto radiante. Es una figura de hombre que tiene túnicas blancas y una capucha encima.
Un miembro del grupo intenta contactar al otro grupo justo como habían acordado pero no pudo. Hay una anomalía que interrumpe las comunicaciones.
—¡Debemos ir a por esa reliquia antes que sea tarde! —menciona uno de los soldados desesperado.
—¿¡Cómo podemos estar seguros que se trata del Chronos Regidor!? —pregunta otro héroe carmesí del grupo, ansioso.
—¡Nuestros transportadores no están funcionado, esto no es normal, ni mucho menos la anomalía en el espacio presente en este paisaje! ¡Debe tratarse de ese objeto brillante algo relacionado con los relatos locales!—menciona otro miembro del grupo.
—¡Pues vamos entonces a por ello!—demanda otro más.
Todos bajan por los bordes de cráter, precipitándose en medio de escombros rocosos a través de prominentes saltos. Una vez que pisan la superficie, todos se dirigen hacia ese punto avistado, hacia el centro del cráter, avanzando con velocidad de carrera.
Al llega al punto rodean al ser que está cerca de ese objeto brillante y todos apuntan con armas de fuego, o amenazan al mismo con sus espadas tecnológicas y lanzas a tal.
El ser misterioso que habían divisado en la lejanía se trata de un ser humano, un hombre cubierto con túnicas blancas, que lleva también una capucha. Parte de su rostro es posible observarlo, tez blanca, y una sonrisilla por mueca que pareciera ser una gentil, pero burlona al mismo tiempo.
Se le observa que guarda una prudente distancia de lo que eso sea.
—¡¿Quién eres!?, ¿¡Es eso el Cronos Regidor!? —demanda respuesta un soldado furioso.
—Esto es un extracto del Cronos Regidor...—afirma tranquilamente esa persona.
—¿¡Cómo lo has conseguido!? —demanda explicación otro soldado del grupo.
De inmediato, monstruos formados de la superficie se anteponen como si fuera manipulación de poder elemental terrestre por parte de esa persona y ahora las figuras atacan al grupo de soldados carmesí que rodeaban al sujeto.
En caso de Nhêon Ordinem, él es un espadachín carmesí. Su arma que manipula es una espada de gran altura y anchura, la hoja roja de su arma es grande y de color rojo y con eso corta con gran agresividad las figuras de piedra que se formaron en segundos. Al cabo de luchar en contra de los seres formados por roca, se observa que hay algo extraño con esos enemigos terrestres.
Entre más sean tumbados y despedazados, más salen y se forman desde la misma superficie, como si todo el terreno fuese el enemigo. Nhêon se percata de eso y empieza a tratar de esquivar las figuras lo más que pueda, sin perder tiempo de ataque en el desgaste de esos enemigos terrestres que pareciera que han sido formados con el fin de distraer. Con agilidad y precisión repele y pasa en medio de las figuras, abriéndose paso hacia aquél enemigo que se mantiene de pie y estático al lado de lo que se supone que es el extracto del Cronos Regidor.
Pero en su avance, se vio sorprendido por un golpe lateral que arremetió una de esas figuras, golpeando con fuerza en su casco, y aunque su protector de cabeza amortiguara el daño con creces, el impacto fue tan fuerte que ese protector ha salido volando.
Naturalmente, el adulto parece aturdido cuando recibió ese golpe, pero rápidamente se enciende en cólera, devolviendo después un blandir más violento, abriéndose paso hacia aquella persona misteriosa con éxito.
Nhêon puede observar que el ojo izquierdo de esa persona es muy extraño y el adulto justiciero parece reconocer lo que es. Se trata de un ojo de la bendición naranja siendo lo que posee ese hombre misterioso
Al instante ocurre un fuerte intercambio de combate entre esos dos adultos. La velocidad de ataque por parte del justiciero se observa abismal, y su blandir de espada es rápido y agresivo. Ha obligado al otro sujeto a saltar y esquivar con precisos saltos y acrobacias cada intento de corte que Nhêon ha intentado sobre él.
La presión por ataque que ejerce el justiciero sobre ese enemigo es tanta que obligó al otro misterioso hombre a emitir una respuesta defensiva, siendo esa respuesta un desvío generado a través de una potente patada que hizo repeler un intento de agresión completo al patear la espada del justiciero en un lateral a tiempo, quitando la presión de ataque de sí y a su vez, abriendo una brecha en las defensas del justiciero carmesí.
Nhêon rápidamente retoma su postura y comienza una nueva seguidilla de intentos de corte, pero para su sorpresa, las piernas del enemigo se han tornado en potentes patadas que son capaces de desviar su hoja de espada con precisión, y no solo eso, incluso el mismo justiciero ha tenido que anteponer su propia herramienta de combate en defensa de sí mismo, debido al potente aterrizaje de pistones coordinados que se estrellan en sus defensas por causa de ese estilo de combate de pies que el otro adulto está demostrando.
—«¡Qué forma de combatir tan extraña!»—piensa, frustrado por la forma en la que su enemigo se escabulle de sus ataques a través de saltos, esquives y patadas. Aquél mantiene sus distancias muy bien lejos de Nhêon a través de esos potentes puntapies.
Justo cuando Nhêon pretende encender más su ímpetu de combate para rebalsar a ese molesto enemigo, otra figura de roca gigante se formó de la superficie, y a través de una de las gigantes manos de la figura, toma al hombre de las túnicas desde la palma de su mano, elevándole de paso en las alturas, saliendo del rango de ataque del justiciero carmesí.
El justiciero queda frustrado en la superficie, observando la forma en la que aquél se ha vuelto a escabullir, por lo que, decide dejar de perseguir a ese hombre y redirige ahora su atención hacia el extracto del Cronos Regidor y va hacia ese objetivo lo más rápido posible.
—«Al menos lo he alejado de la reliquia...»—Piensa el adulto para sí mientras corre con velocidad hacia eso.
En ese momento, más figuras de roca se le interponen y él se apresura a destruir sus enemigos con gran brutalidad, sin detenerse y continuando su carrera, blandiendo su espada ante cada molesto enemigo de esos. Parece luchar de forma desesperada como quien está ante el objetivo que ha seguido toda su vida y lucha por ello como si se le fuese a escapar la oportunidad de obtener tal cosa ahora, siendo eso por lo cual se ha esforzado desde hace mucho tiempo.
Sus enemigos no son fuertes, pero por alguna razón sí son numerosos y esto le provoca frustración. Lucha y lucha, corta y corta, y no puede alcanzar aquello que tiene adelante.
Realmente no puede a pesar de que lo intente.
A través de un brutal revés con su espada hacia una figura de roca enemiga, después de abatirla, recibió un sorpresivo golpe de roca por parte de otra figura la cual creó una especie de mazo del mismo material, formándose en instantes y siendo lanzado en impacto de manera sorpresiva hacia su torso, haciéndole tumbar al suelo de paso.
El justiciero a pesar de que es tumbado, se levanta de nuevo con el ímpetu de lucha encendido. Sus naranjas ojos irradian más en rojo por la cólera que le invade.
—¡Necesito apoyo! —solicita el joven jadeando, sin embargo, por alguna razón no recibió respuesta.
Al buscar a sus compañeros no los observa en pie de combate, en primera instancia. También, se da cuenta que su espada y sus manos están muy manchadas de sangre, cosa que no entiende ya que se supone que él no ha sido herido de gravedad ni ha herido a otro ser sangrante en concreto, solo a figuras inertes terrestres ha cortado.
¿De dónde sale la sangre entonces?
Es en ese momento donde se siente confuso, se sostiene su cabeza con la mano izquierda y no comprende qué acaba de suceder.
—Tu instinto asesino es muy agresivo, amigo mio...—dice aquél hombre misterioso, sosteniendo un rostro de gesto cálido.
—¿¡De qué rayos hablas!? —exige respuesta el justiciero, neurótico.Es en ese momento en que observa su entorno con más atención donde se da cuenta el motivo por el cual su llamado a sus compañeros no fue respondido.
Nhêon mismo estuvo eliminando a sus camaradas y el hombre misterioso sigue allí de pie, junto al Cronos Regidor como al principio.
—Al final me has ayudado a mí, irónico, ¿no es cierto? —habla cálidamente el hombre misterioso, demarcando una gentil sonrisa. El justiciero solo cae de rodillas en un gran estado de confusión.
¿En qué momento ha asesinado a catorce de sus compañeros?
—Seguro te preguntas qué hace un extracto del Cronos Regidor aquí. Ni yo mismo lo sé. Me le he acercado pero no puedo ni tocarlo, pero ya encontraré la forma de cómo hacerlo…—habla teniendo aún con una sonrisa gentil sostenida para con Nhêon.
El joven de armadura carmesí sigue atónito. De repente siente que su cuerpo es absorbido como si estuviera entrando a uno de esos transportadores que usa habitualmente para desplazarse entre las dimensiones, pero, él ciertamente no ha activado ninguno como para que eso ocurra.
Parece estar siendo enviado a otra dimensión por parte de aquél misterioso hombre, y mientras tanto el adulto justiciero solo observa que aquella persona se aleja más y más, mientras él desciende en ese misterioso abismo.
El héroe carmesí ha sido enviado a una dimensión desconocida.
—Me es conveniente dejarle vivo, así le perseguirán solo a él y podré estudiar esto tranquilamente el tiempo necesario—afirma ese hombre mientras a su alrededor yacen los catorce soldados carmesí asesinados a espada por parte de Nhêon Ordinem.
¿A dónde habrá sido enviado el joven justiciero?