Egoist Breakers (Volumen I) Capítulo 1: Una valiente joven
Ahora mismo se gesta una reunión de emergencia en la ciudad de Amethysia de índole militar. En muchas cámaras de seguridad a través de los drones voladores han quedado evidenciados los sucesos extraños en los cuales multitud de personas son engullidas, y de una forma siniestra, formando un solo cuerpo abultado y agrandado, logrando una sola masa de carne grotesca.
La gran cantidad de denuncias que la gente ha interpuesto ante los entes gubernamentales es vasta. Multitud de personas que han perdido familiares o conocidos cercanos lloran por sus familiares y se preocupan por sus seres queridos al demandar una explicación sobre lo que sucede. Cualquier persona puede verse inmersa en una anomalía de esas y pagar las consecuencias de lo que sea que esté causando que ese fenómeno aparezca de una forma tan repentina.
Sumado al fenómeno, se debe contar por igual el rostro de algunas personas que, contra todo pronóstico, han podido hacer frente a esto cuando ha aparecido. Multitud de rostros de chicos y chicas, son reconocidos por sus credenciales personales por las entidades gubernamentales.
—Extrañamente ha habido casos donde esos mocosos han sabido controlar las amenazas por ellos mismos, sin presencia de cuerpos militares de Egôn en las escenas, ¿Cómo es posible? —comenta un hombre, obeso con ropa de vestir elegante.
—De alguna forma todas esas personas saben lo que está ocurriendo, recomendaría buscar a algunos de ellos y consultarles por información. Sugiero hacer esto con calma, de no llegar ante ellos e interrogarlos demasiado ni tratar de interceptarlos, ya que, de alguna manera se han comportado como un tipo de héroes ante esta situación tan anómala. Simplemente, necesitamos saber qué saben ellos que nosotros no al lidiar con esos fenómenos...—comenta otro hombre en esa sala de reunión.
Detrás de tal persona se proyectan muchas imágenes de video en bucle, y muchos rostros son repasados. Entre esos rostros, justamente sobresale el de la chica de cabellos rubios y de pañoleta verde sobre su cabeza, aquella que había contenido un problema de esos cuando se manifestó sobre una de las vías públicas de las plataformas.
Justamente esa misma chica camina sola de regreso a su apartamento, llevando su mochila de estudiante. Cursa el segundo año de secundaria. Viene del instituto al que asiste en la ciudad capital y camina ahora mismo con sus manos metidas en los bolsillos de su bermuda, evitando a la gente lo más que puede. Está paranoica con eso que ha visto ocurrir últimamente.
Esta ciudad se llama Amethysia. Tiene el nombre del país debido a que es la ciudad principal. Hay plataformas menores menores o que se dividen de esta plataforma capital siendo otros distritos del lugar. Toda la plataforma se encuentra a gran altitud y es sostenida por una enorme torre hacia la superficie terrestre. Sobre los cielos de la ciudad hay siempre gran presencia de vehículos dirigibles.
Ella se llama Shioto Hibihara y vive sola en esta ciudad. Perdió a sus padres en una explosión de tren que hubo hace muchos años por causa de un ataque terrorista que se llevó consigo un sector de las plataformas circulares de toda la ciudad de Amethysia, causando un daño de consideración en el que se contaron las líneas férreas del sitio que viajan en subterráneos internos en las plataformas y espirales. Desde entonces, la chica ha continuado viviendo sola y aprendió a usar un poder que abunda en este lugar el cual se llama Egôn.
El Egôn es una fuente de energía que emerge del propio ego de cada ser viviente.
Cada ego tiene una forma única de manifestarse en la gente y otorga a las personas habilidades conforme a la evolución de su propia cualidad en el “yo”. Existe Egôn de tipo elemental, de tipo psíquico, de incrementos de estado, y así entre otras categorías, contando a uno de los más raros que es el de tipo invocador.
El Egôn de tipo invocador no es usual en todas las personas, muy pocos lo ostentan. Quien lo tenga puede llamar a aliados especiales a través del método de la invocación. En el caso de Shioto, ella posee esta clase de Egôn.
Ella al llegar a su apartamento, abre la puerta y se le observa tener en su casa un pizarrón con varios apuntes. Por ella misma ha estado aprendiendo más acerca de esta energía local y está intentando comprender el origen de esas anomalías por su cuenta, las cuales ha visto que se alimentan de su propia energía. Ha estado indagando y buscando información acerca de los otros fenómenos que han estado ocurriendo, pero de momento, no sabe absolutamente nada al respecto.
Una vez que logró descansar un poco, decide salir de nuevo de su casa y se dirige esta vez a una zona de la ciudad en donde puede ver uno de los bordes de la plataforma de la ciudad capital. Esta zona residencial es uno de las tantas subplataformas desde la cual se pueden observar otras más bajas, otras laterales y otras superiores. A pesar de eso, la vista siempre es maravillosa ya que, es posible admirar hermosos ocasos en los horizontes, justo como el que hay en estos momentos.
Quizá su motivación más pura para aproximarse a este sitio, ha sido justamente esta razón.
Ella se mantiene allí pensativa, mirando todo mientras la brisa del viento le atina a su cuerpo y sus cabellos rubios son empujados con fuerza, generando una sensación de frescura. El momento parece ser uno ideal, hasta que de pronto, escucha un escándalo en el sitio.
Al voltearse hacia la dirección de donde el ruido proviene, puede ver que una chica con ropas de instituto iguales a los que ella porta corre de un grupo de matones que también llevan su mismo uniforme.
Son alrededor de veinte matones del mismo instituto.
Shioto puede ver muy bien cómo uno de los matones tiene un poder de Egôn activo que le hace liberar vapor rojizo, materializando después un prominente mazo, el cual, dejó caer con toda intención de ataque para con aquella joven. De forma muy sorprendente, aquella chica pudo arreglárselas para dar una voltereta y esquivar el intento de agresión.
Shioto sin dudarlo corre hacia aquellos para ser de ayuda de quien intenta huir, sobretodo porque ahora mismo no hay mucha gente en el sitio que pueda ayudar, y si no hace nada puede presenciar algo terrible que derive como resultado de esa turba.
Hacerse el indiferente remarcaría sin duda una complicidad.
Esa otra chica de cabellos largos, negros, lleva una boina consigo y viste las mismas ropas de instituto que la otra chica. En uno de sus esquives, por torpeza se ha caído y el joven del grupo que lleva el mazo se dirige hacia ella con total intención de dañarla con esa arma.
—¡M-maldición no voy a llegar!, ¿¡P-por qué t-tantos de mi i-instituto en c-contra de e-ella!? —corre Shioto, preocupada e indignada la ver la tremenda turba que quiere arremeter contra esa otra muchacha. Su tartamudez que es característica común en ella, por el nerviosismo que le supone ver esto, se potencia aún más.
De repente, esa joven de cabellos negros extiende sus manos y genera un campo energético con el cual amortigua el mazo que el otro chico dejó caer.
La joven de cabellos negros, se levanta.
—¡Todos ustedes son unos patéticos perdedores!, ¡Les demostraré que están mal apoyando a ese vil director! —exclama, revistiéndose a sí misma con el poder del campo de fuerza que generó, haciendo una silueta verde adherida a su cuerpo y abalanzándose de lleno contra todos.
Shioto, asombrada se paralizó a lo lejos, mirando con sorpresa que ahora todos esos estudiantes eran enviados a volar o a rodar con mucha facilidad por las patadas y puñetazos de la joven que arremetía a todos. Lucha como si estuviese acostumbrada a pelear y con gran habilidad marcial atina potentes golpes.
Sus desplazamientos laterales, y sus saltos prominentes, así como sus giros y rotaciones, todo movimiento es sumamente coordinado, como si fuese una maestra de las artes marciales. El sonido de los impactos que deja salir cada golpe atinado, en verdad es uno que genera considerables estruendos, remarcando posiblemente un daño considerable en quien reciba cada uno de esos impactos.
Es tanto así, que uno de esos estudiantes sale rodando con dirección a los pies de Shioto, y ella se queda viendo que el muchacho está noqueado a sus pies son gran asombro.
—¿Q-Qué está p-pasando….?—se pregunta, tomándose de su pañoleta verde que lleva sobre su cabeza, confusa.
—¡Te quebraremos las piernas desgraciada! —exclama el mismo grandulón que sostiene el mazo, y quien ha tratado de arremeter a la chica, pero no ha podido. El mismo ha recibido multitud de golpes y no ha caído debido a la resistencia que le da su contextura física.
La chica de cabello negros largos pelea tan bien que por sí sola ha noqueado y tumbado a quince de sus oponentes, solo quedan cinco, contando al grandulón.
Al instante, todos esos cinco enemigos activan su Egôn y se abalanzan en conjunto a la chica demostrando a su vez proyectiles elementales, y ella también utiliza la manifestación de su misma energía para protegerse.
La agresividad que muestran esos estudiantes es como si en su temperamento estuvieran motivados en eliminarla, realmente Aquellos cinco, con tiros de esa energía hacen presión sobre la muchacha a la que atacan para penetrar las defensas propias que ella ha levantado.
Al instante, Shioto decide entrar en acción y activa su propio Egôn. Un vapor azulado sale del cuerpo de ella, y provoca un incremento de sus capacidades físicas con los cuales llega en segundos al lado de uno de aquellos sujetos y arremete un puñetazo en la sien de uno de los jóvenes, tumbándolo de lleno.
Así y de esa manera, ella está lidiando a su estilo con esos sujetos, golpeándolos por su cuenta.
La joven que está dentro del campo de fuerza no tiene idea del porqué esa otra chica le ayuda, y para su suerte, ese auxilio ha hecho depositar la atención sobre ella. Laotra joven entonces, aprovechando que esas tres personas fueron desconcentrados de esta forma, saca ventaja de ello, llegando de primero el grandulón quien le había dado la espalda para concentrarse en la nueva atacante. Así, la chica se subió encima de su hombro derecho haciendo una llave a ese brazo que sostiene el mazo ha fracturando su extremidad para después lanzarlo al suelo.
Después se ocupa de otro de los jóvenes que tiene unos guantes de hierro hechos de Egôn y del otro que escupe fuego de Egôn elemental, extendiendo su campo de fuerza a ambos y lanzando dos puños de energía de color verdes de gran tamaño los cuales atinaron de lleno a esos insolentes.
Solo ha quedado uno de los sujetos, quien se hace hacia atrás en temor a ver venir a esas dos chicas.
—¡Tch!, ¡No sabía que tuvieras una aliada, Tomura!, ¡Director puede verlo usted ahora mismo! —exclama ese muchacho a fuerte voz, gritando aparentemente al cielo, viéndose que le habla a un dron el cual sobrevolaba el sitio y que estaba grabando todo.
Ese mismo dron se parece mucho a los que usa la policía y la milicia local.
El sujeto salió corriendo, dejando a sus compañeros tumbados en el sitio.
La chica de cabellos largos únicamente se sienta al suelo, sudando en extremo cuando ve que todo acabó.
Shioto se acerca a ella, manteniendo un poco la distancia, eso sí. No sabe qué sucede, realmente.
—¿Q-qué fue t-todo e-esto? —pregunta ella, con su tartamudeo de siempre, consternada al ver todos los cuerpos de los chicos en el suelo.
—Veo que eres de nuestro instituto por igual…¿Por qué preguntas que qué ocurre?, ¿Eres nueva?
—N-no, no soy n-nueva…llevo dos a-años a-allí…
—¿Recuerdas al nuevo director?, ¿El de hace quince días? —pregunta la joven de cabellos negros.
—S-sí…¿Q-qué pasa con él? —pregunta Shioto, quien en verdad no entiende nada.
—El director es un abusivo para con quienes nos ponemos en su contra, ¡Al parecer el maldito se ha adueñado del lugar e incluso manda a golpear a los alumnos, usando a otros alumnos de por medio!, ¡El director hace lo que quiere y cuando quiere! ¿¡Cómo es que tú no sabías eso!? —pregunta la chica, sin entender a la otra joven.
—E-es que yo…yo s-solo voy de mi c-casa al i-instituto y viceversa, y pues, no c-converso con na-nadie, paso con mis a-audífonos sin p-poner m-mucha atención al e-entorno...¡S-soy d-despistada! —habla Shioto acomodándose un poco pañoleta, mostrando un poco de vergüenza por no saber lo que ocurría.
—¡Vi que usaste tu Egôn muy bien!. Te recomiendo tener cuidado a partir de ahora, el dron que viste volar hace un rato es del director, y ya sabe lo que ocurrió…—afirma la chica de cabellos negros largos, yéndose por una dirección.
—¿C-cuál es tu n-nombre? —pregunta Shioto.
—Tomura, Tomura Kobayashi…¿El tuyo?
—S-Shioto Hi-hibihara…—habla la chica.
Al instante, observa que la chica camina a su dirección con móvil en mano.
—No quiero involucrarte en mi lucha contra el malnacido del director, pero, si te llega a causar problemas, dímelo. Te daré mi contacto y si en verdad te llega a decir algo, me vengaré…—expresa Tomura, con ojos decisivos.
Las chicas intercambian número y Shioto solo puede ver que aquella conocida suya se va con otra dirección.
Al día siguiente, Shioto se levanta temprano para volver al instituto de siempre, el cual está en el corazón de la ciudad llamada Amethysia, y el instituto lleva su mismo nombre.
El camino que suele tomar para ir al instituto es casi siempre el mismo, caminando entre zonas residenciales donde las casas tienen cercas exteriores hechas de metal con las cuales delimitan el perímetro de sus entradas hacia las calles públicas. En el transcurso del camino, la joven de la pañoleta puede ver que, extrañamente hay un enorme grupo de estudiantes, recostados a esos paredones a las afueras de las calles residenciales a lo largo del camino, y que todos, de brazos cruzados la miran pasar.
Ella se siente incómoda, la están mirando mucho y se trata de un enorme grupo de hombres y algunas mujeres, y parecen ser estudiantes mayores que ella. Al instante, por uno de los callejones sale el mismo estudiante matón del día anterior con su mismo mazo, pero teniendo ahora su brazo en un yeso.
—Así que tú eres la amiga de Tomura, ¿verdad? —comenta ese grandulón con tono burlesco.
—¡N-no soy a-amiga de e-ella! —responde Shioto, enojada.
—¿¡Aaah no!? ¿Y por qué te metiste ayer en lo que no debías? ¡Adelante chicos, el director quiere que le demos una paliza, y de paso nos recompensará con puntos extra a todos! ¡Yo me encargo de las fotos y la evidencia, muchachos! —exclama esa misma persona con todo de burla.
Ella se queda inmóvil viendo cómo todos se le acercan de a pocos , pretendiendo rodearla. Al instante, escucha un comentario de una de las otras chicas que componen ese grupo de aproximadamente veinticinco personas.
—Escuché que no tiene padres…¡Así si le herimos no habrá ningún problema con ningún adulto! —dice esa chica, riendo con malicia. En eso, los ojos de Shioto se abren enormemente en enojo al escuchar eso.
Sus puños los cerró con fuerza.
El enojo le ha invadido y aprieta los dientes por causa de eso. Su rostro y su piel se resquebrajan, y vapor sale de esas grietas que se dibujaron en sus pieles, liberándose un vapor azulado de forma abundante en el lugar.
Todos miran eso anonadados e incluso hay otros estudiantes que activan su Egôn por igual para repeler el vapor en el área.
—¡Ustedes lo pidieron! ¡Egôn: Revélate! —exclama Shioto, quien por el enojo ahora no tartamudeó. Deja salir un poder azulado de sí en destello y sus ojos verdes pasan a azules rápidamente.
En ese momento, el destello emergente salido del Egôn engulle a todos los presentes del área y todos salen inmersos en esa potente expansión de energía que les atinó a todos en efecto de latigazo, saliendo despedidos a múltiples direcciones por un golpe frontal de pura energía de Egôn que les impactó.
En cuestión de instantes todo el grupo se estrellaron aparatosamente en las calles y en los muros cercanos a las casas residenciales. El único que salió ileso de eso fue el mismo grandulón de siempre, ya que pudo esconderse a tiempo.
—¿¡Es eso alguna clase especial de Egôn!? —se pregunta el grandulón, con temor, mientras sale corriendo del lugar.
Shioto se queda allí, respirando de forma agitada mientras se toma de las piernas. En verdad se enojó mucho al escuchar esos comentarios. Pero después, cae en cuenta y se apresura, ya que por culpa de esto, ahora va tarde al instituto.
Por culpa del atraso, después de mucho correr y de tomar algunos atajos ha llegado cinco minutos tarde. La impuntualidad no es algo usual en ella.
Al pasar al salón de clases, intenta sentarse lo más rápido que pueda, no sin antes haberse disculpado por llegar tarde.
Es primera vez que la chica siente que todo el salón le mira por causa de esto y como ella es introvertida, se avergüenza.
Es donde unos minutos después, se abre la puerta principal del salón, resultando ser el director del instituto quien entra. La profesora de turno mira entrar al director y se derrite de la emoción. Ese hombre es alguien alto y fornido, de una quijada cuadrada y que usa elegantes gafas ejecutivas y tiene una prominente sonrisa pícara. Tiene cabellos cortos y un porte físico elegante y profesional.
—¡Tengan ustedes muy buenos días menos a esa despreciable estudiante! —señala el hombre de traje entero gris, a Shioto, y todo el salón se le queda viendo de inmediato, incluyendo la profesora.
La chica permanece sorprendida.
—¡Es usted un mal ejemplo para este instituto y por sobre todo sus actitudes vandálicas son muy reprochables para su edad!, ¡Le advierto que tiene en este momento dos sanciones! Y a la tercer sanción usted va a dejar este instituto. Y lamentablemente, como no hay nadie legal que reponda por usted, quien debe firmar la misma carta de expulsión por sanción soy yo mismo, así que téngalo presente, su comportamiento no es digno para nada de un estudiante honorífico! —acusa el hombre.
—¡U-un m-momento! ¿¡P-por qué d-dos sanciones!? —reclama Shioto, levantándose del escritorio.
—¡Su comportamiento el día de ayer quedó demostrado jovencita, tengo pruebas de ello, y lo mismo para con hoy! ¿¡Cree usted que no tengo pruebas de lo hecho!? Y déjeme decirle una cosa; La tercera sanción no es solo expulsión, sino una solicitud de envío a la cárcel. ¡Sus actitudes, atacando a otros estudiantes son nefastas y muy reprochables! —exclama el director, humillando a la chica en público y todos los compañeros le veían con malos ojos.
Todos se preguntaban acerca de eso. ¿En verdad ella ha atacado por su cuenta a otros estudiantes?
—¡Shioto Hibihara!, ¡Fuera de la clase hasta medio día! —se suma la profesora.
La chica no tiene defensa alguna contra todo eso y los demás estudiantes no parece importarle la situación de ella, más bien han temido a esa versión que presentaron para con ella acerca de que atacó a otros estudiantes. Su reputación empieza a verse afectada por comentarios negativos de sus similares.
La chica deja en su campo su mochila y se dirige hacia afuera como se lo ordenaron.
Una vez afuera, en el pasillo de instituto en el que está su salón, cuando ella mira hacia otra dirección puede ver a Tomura quien también está fuera de su clase. Tomura al verle le saluda desde lejos cuando la ve, sonriente.
—«E-entonces, al pa-parecer a ella le ha pasado lo mismo…¿Qué haré a partir de ahora? »—se pregunta Shioto, tomándose del mentón.
Al instante, nota que el director sale del salón y que le observa con ojos como si ella se tratara de una gran amenaza. Para cualquier adulto, se trataría de algo realmente absurdo adquirir un odio profundo en contra de algún crío, como lo es justamente en este caso.
¿Qué ha hecho Shioto para que tal persona ahora, le mire de esa forma tan siniestra?
Odio real pudo percibir la chica en ese mirar de ese sujeto, aunque haya sido un intercambio de vistas fugaz.
En ese preciso momento se percata de un tipo sensación inexplicable como cuando las criaturas invadieron la ciudad el otro día, pero fue una sensación muy repentina y esporádica, pero provino de esa persona.
La chica solo mira a ese hombre, sorprendida de eso, quien va de espaldas por uno de los pasillos. Está segura de haber notado cierta familiaridad con el fenómeno con el que ha lidiado veces anteriores.
¿Cómo saldrá de este problema en que se ha metido?